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Delito Versus Crimen

Por Carlos Chávez López

En México existe una tendencia/inclinación por el empleo indiscriminado de la palabra “crimen” para referirse a aquellos hechos contrarios a Derecho, considerándola incluso como sinónimo de “delito”, lo cual es un craso error, toda vez que debe tenerse en consideración que la legislación penal en México es bipartita, lo cual quiere decir que únicamente reconoce como delitos y faltas (más no crímenes) a los actos que alteran el orden social, y que están contemplados en los códigos penales mexicanos, tal y como se puede consultar en el Código Penal Federal, que a la letra dice: “Delito es el acto u omisión que sancionan las leyes penales[1], así como en el Código Penal para el Estado de Tamaulipas, donde se lee: “Delito es la conducta típica, antijurídica y culpable a la que se atribuye una o varias sanciones penales[2], y así en otros tantos del país.

Entonces ¿por qué surge el uso del término “crimen”?

De una desafortunada adopción lingüística extranjera, principalmente de los Estados Unidos de América, en donde el crimen sí está previsto en sus leyes, dependiendo de la seriedad o gravedad de los actos, lo cual se ha extendido a través de los medios de comunicación, principalmente cuando leemos en periódicos títulos como “crimen atroz”, o incluso y más preocupante cuando autoridades del Estado mexicano manifiestan su desaprobación por algún hecho, declarando cosas como: “condenamos el artero crimen de…”, lo cual es socialmente aceptado por el simple hecho de escucharlo y porque casi de manera inmediata asociamos o interpretamos al crimen como un hecho violento, lo cual, por costumbre, podría pensarse que está bien, pero no debe ser así.

Tan común ha sido el uso de este término, que ni las instituciones educativas se salvan, al pregonar en clases relacionadas con la ciencia forense, el manejo erróneo de la cinta para acordonar, con la leyenda “escena del crimen no pasar” (máxime cuando es en inglés), lo cual hace entrever la enorme confusión con este tema, ya desde la formación académica, se crea ese desacertado hábito. Luego entonces, las palabras ‘crimen’, ‘criminal’, ‘criminalidad’, ‘crimen organizado’, etc., podrán parecer un tanto cuanto atractivas, sí, pero finalmente de empleo equívoco, por una simple e irónica razón: el crimen en México no existe, pues al no estar previsto en ningún ordenamiento jurídico penal, su uso significa un yerro en el léxico mexicano.


[1] Artículo 7, capítulo uno, título primero del Código Penal Federal.

[2] Artículo 14, capítulo uno, título segundo del Código Penal para el Estado de Tamaulipas.


Sobre el Autor: Licenciado en Criminología y Criminalística Carlos Chávez López.


Derechos Reservados © EDITORIAL CRIMINOCIENCIA.

Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Editor


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