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El Fenómeno Migratorio de los Niños No Acompañados

Ramiro Izcóatl Pérez García

La presencia de la niñez en el proceso migratorio indocumentado es uno de los fenómenos menos estudiados o sistematizados de las ciencias sociales. Los niños migrantes no acompañados por sus familiares adultos, son susceptibles a la violación de sus derechos, están en total vulnerabilidad a ser discriminados, maltratados, segregados, perseguidos o tratados como criminales en ambos lados de la frontera.

Un estudio que realicé sobre este tema, el cual comprendió el análisis de este fenómeno en el periodo de enero de 2008 a diciembre de 2009 en Reynosa, Tamaulipas, en el que se estudiaron 2,788 casos en ambos años, nos ayuda a identificar el fenómeno como un proceso y no un hecho circunstancial, siendo los niños los nuevos actores de la migración y en su mayoría víctimas vulnerables en el transcurso de su travesía hacia el territorio estadounidense.

Estos niños buscan satisfacer diferentes necesidades, como trabajar, tener una mejor condición de vida y la causa más importante en la mayoría de los casos es la reunificación familiar.

Ya sea que son detenidos en territorio estadounidense o por intento de cruzar por puentes internacionales, o por otros medios, el proceso para su deportación es comúnmente el siguiente: Se determina si es menor de edad; si fue abandonado por progenitores o tutores legales y su identidad; establecido lo anterior comienza un proceso de deportación como menor de edad o «el debido proceso». Desde la estación de la patrulla fronteriza se coordina la repatriación con el consulado de México y este con las delegaciones locales del instituto nacional de migración, quien recibe del consulado a los menores migrantes y en otra situación los recoge en las oficinas de la autoridad en EUA; quien a su vez los canaliza al Sistema DIF (Procuraduría para la defensa del menor, la mujer y la familia) para enviarles a casa hogar o al Centro de Atención de Menores Migrantes Fronterizo, donde mantendrán estancia hasta localizar a padres o tutores para la entrega de los menores migrantes, proceder que puede constar de días, semanas o meses.

El estudio realizado arrojó que en el periodo de estudio de 2008 a 2009 la edad promedio de estos niños oscilaba entre los 12 a los 17 años, asimismo, que los menores de nacionalidad mexicana sobresalían en números en relación con los no mexicanos, aproximadamente sólo un 3 % pertenecía a este grupo. A un lapso de casi cinco años después, este porcentaje cambia ante la crisis humanitaria que enfrentó Estados Unidos en su frontera Sur, con cifras de 46,000 niños detenidos en el año 2014. Siendo ahora los migrantes no mexicanos quienes encabezaron las cifras en relación con la migración hacia Estados Unidos.

La crisis estalló a principios del mes de junio de 2014, cuando el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama anunció la formación de un grupo de coordinación entre agencias federales para afrontar el problema causado por el alto número de niños inmigrantes que cruzan solos la frontera. El mandatario indicó: «El flujo de los niños inmigrantes no acompañados en la frontera Sur a resultado en una situación humanitaria urgente que requiere una respuesta federal coordinada y unificada».

La crisis surgió por una mal interpretación del mensaje presidente y por el oportunismo de bandas dedicadas a la trata de personas, que promovieron ofrecer sus servicios de pasar ilegalmente a los menores para llevarlos con sus padres, mencionando que ya estando en tierra Estado Unidense se resolvería dejarlos con sus padres. Cosa que era sólo una mala interpretación y ocasionó que las cifras de migrantes aumentara deliberadamente y se volviera en una crisis humanitaria sin precedentes reconocida por la Casa Blanca.

La doctrina de protección integral de la infancia, el interés superior del niño y la perspectiva de género ha permitido observar a los niños desde sus derechos y desde las diferencias de género que existen en el fenómeno migratorio; mostrando una nueva forma de verlos, ya no como objeto de protección, ya que se ha evolucionado enormemente el pensamiento jurídico, viéndolos ahora como sujetos de derechos e investidos de dignidad humana, ya que estos son capaces de dar a conocer su opinión, y corresponde a los adultos interpretarla correctamente requiriendo consideraciones por parte de la sociedad y el estado dada su fase de desarrollo.

La migración es un fenómeno que por naturaleza y necesidad se presenta en los seres humanos desde toda la existencia, aún realizada por menores se mantendrá en fluctuación, pero se debe atender y prevenir todo aquello que prende o acciona voluntades propias o forzadas, masivas a realizarla y actuar al respecto para protección de quienes son los más vulnerables, en este caso los niños y niñas no acompañados.


Ramiro Izcóatl Pérez García

El Autor es Licenciado en Criminología

con Maestría en Criminología y Ciencias Forenses y

Doctorado en Derecho con Mención Honorífica.



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