Perfil del agresor en el acoso escolar
Por Omar Alejandro De León Palomo
Por Omar Alejandro De León Palomo.
El agresor es una persona con características muy identificables “Tiende a estructurar sus relaciones interpersonales conforme a pautas de poder y control al presentar, en la mayoría de las ocasiones, una personalidad agresiva, mecanismos inhibitorios débiles y una actitud favorable a desplegar estrategias violentas” (Sujibana, 2007). Suelen ser físicamente más fuertes que sus víctimas, impulsivos y autosuficientes, expuesto a mucha violencia, como videojuegos, películas o vecindarios conflictivos. Su agresividad también es dirigida hacia sus papás, hermanos o maestros. Generalmente proceden de familias disfuncionales, donde falta un padre o una madre. Los acosadores que realizan agresiones físicas la mayoría de las veces son varones; las mujeres tienden más a realizar acoso escolar de exclusión social y verbal. Puede ser mayor que la media del grupo y poseer un aspecto físico más corpulento que los demás, en muchas ocasiones debido al sobrepeso.
Se ha identificado que los agresores generalmente tienen un rendimiento escolar bajo y se puede constatar su indisciplina con constantes reportes o quejas por parte de otros alumnos. Son populares en las escuelas dado que se hacen notar por sus acciones contra sus víctimas o conductas desafiantes ante las autoridades. Comúnmente acosan en grupo, puesto que presentan actitudes de líderes.
Los agresores justifican las agresiones, culpando a la víctima de su comportamiento, también tratan de hacerse las víctimas cuando son denunciados, de tal manera, que tienen un bajo sentimiento de culpabilidad. Crean Juegos o bromas donde haya agresiones hacia las víctimas que comúnmente son obligadas a participar.
¿Cómo actuar cuando se detecte que una persona es acosadora?
Un acosador también es una víctima, de una educación en el hogar fuera de los parámetros normales y con falta de introyección de normas y valores sociales.
-Al igual que a la víctima se debe intervenir psicológica y socialmente al agresor mediante terapias psicosociales, dónde se identifiquen los factores criminógenos que lo hacen realizar esta conducta de forma reiterada y por lo tanto, le hagan cambiar la percepción que tiene de la vida.
-Cuando su conducta haya tenido consecuencias graves, como lesiones y daño psicológico severo a la víctima, el agresor debe de ser cambiado de escuela con las medidas precautorias y con el seguimiento clínico pertinente. Esto para que tanto la víctima como el acosador tengan un mejor tratamiento y la expulsión funcione como un medio de prevención de la conducta en la escuela. graves.
-Cuando su conducta haya causado la muerte, aparte del traslado hacia otra escuela, debe de ser sujeto a un proceso legal, donde haya un mandato judicial que exija a él y a sus padres sujetarse al tratamiento, si la evaluación criminológica es grave, la persona debe ser internada en un centro de atención de forma obligatoria. Este medio también fungirá como preventivo, ya que sirve como una ejemplificación de las consecuencias de llevar el acoso escolar a situaciones graves.
Referencia
-Subijana Zunzunegui, Ignacio José. (2007). El acoso escolar. apunte victimológico. Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología. 9(3):1-32.
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SOBRE EL AUTOR
Licenciado en Criminología, Maestría en Criminología y Ciencias Forenses (Becario CONACYT). Universidad Autónoma de Tamaulipas.
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