¿Somos más los buenos?

Por Omar Alejandro De León Palomo

Los políticos, televisoras e instituciones que pretenden brindar una óptica positiva a la situación de violencia en México han dicho que “Somos más los buenos”, pero, ¿eso que tiene que ver con la prevención o represión de la violencia?, ¿acaso es una frase alentadora para que justifiquemos que seguimos aguantando que “unos pocos” nos sometan a la inseguridad y al miedo?

¿Qué tiene que ver que seamos más los buenos?, si esto fuera cierto, no me sirve la frase, porque unos cuantos pueden controlar y violentar nuestros derechos con el uso de la violencia. Algo que también es necesario aclarar es que se debe poner en duda y analizar la frase. El término “bueno” es muy subjetivo, varía de persona a persona y de sociedades a sociedades, por lo tanto, para lo que unos es bueno para otros no, y no lo escribo con el fin de estigmatizar la intención de la frase, sólo que es necesario poner en relieve por que el uso de la misma carece de un sentido coherente y crea más caos que el que ya existe.

En la frontera de Tamaulipas la Narcocultura y la exacerbación en la apología al Crimen Organizado ha alcanzado una magnitud tremenda y una fractura la cohesión social. Para muchas madres de familia su hijo “trabaja con la gente”, no le hace daño a nadie, sólo anda en las camionetas cuidando a las personas y la ciudad, o avisando si se acercan militares, marinos o policías federales, “porque ellos son los que tienen la culpa de todo, si no los anduvieran siguiendo no habrían balaceras”.

Los familiares, amigos, aspirantes a un puesto, beneficiados con el crimen organizado, como taxis pirata, vulcanizadoras, taller de hojalatería y pintura, yonkes, etc., fungen como defensores, vigilantes y protectores de aquellos que “andan jalando”. Entonces, todo este universo de contactos, que encubren, ¿son buenos o malos?

La gente ya no indaga más cuando conoce de casos en los que matan, violan o torturan gente, en cambio, tienden a sacrificarlo con la duda sobre la causa de lo que le pasó, que siempre termina siendo negativa para la víctima, aunque no se sepa más que un rumor.

Las personas escuchan narcocorridos que día a día se han vuelto más descriptivos y más directos, visten “la ropa de los narcos”, usan su argot y modifican incluso la forma en que camina, observan y se cortan el pelo. Algunos dicen “mientras no te metas con ellos no se meten contigo”, nada más triste e ignorante replicar y escuchar en cualquier parte ésta última frase, que nos habla de seres humanos sin raciocinio, que consumen los productos mediáticos y controladores de estas bandas de delincuentes.

Los “buenos”, es posible que seamos más, pero basta uno malo para dominar cientos de personas, porque “los buenos” no estamos acostumbrados a resolver nuestros problemas con la violencia y en eso, “los malos” nos llevan mucha ventaja.

No quiero profundizar en el tema del cambio de buenos a malos para hacer venganza o justicia, habrá casos en los que es necesario, pero no concibo la idea en que los malos nos hagan llegar a ser como ellos.

Para México, más educación, empleos bien pagados, salud física y mental, cultura y fomento del respeto a los demás, aunque parezca una utopía.


SOBRE EL AUTOR

Omar Alejandro De León Palomo

Licenciado en Criminología, Maestría en Criminología y Ciencias Forenses (Becario CONACYT) en la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

 


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